17.1.09

Hasta que cese la matanza (40)

Ocupación

Esa muñeca es mía
me la encontré perdida
en un campo de minas de Vietnam,
estaba sola en una casa judía
de algún barrio de Hamburgo
del año treinta y nueve,
era para la sobrina
de aquel soldado muerto
de las Brigadas Internacionales,
ese que estudió en Oxford
y nunca más se supo.
Te aseguro que no era Barbie
ni Mariquita Pérez.
Sé que es mía,
porque no tenía ojos,
los perdió en Sarajevo
y yo le puse unos pequeños
de un soldado de plomo
de la primera guerra mundial*
Me pertenece
porque no tenía corazón
se lo destrozaron
en la Plaza de Mayo,
y yo le presté el mío.

Me pertenece.
Porque no tenía corazón
se lo destrozaron en Gaza,
y yo le presté el mío.


Verónica Pedemonte

de Esclavos y libertos

* Los desastres siempre con minúsculas.

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