30.5.05

Empiezo con este blog y, como con casi todo lo que empiezo, termino dejándolo medio abandonado. Pero no porque no me interese (la verdad, me hace mucha ilusión), sino porque no se me ocurre qué escribir aquí sin que suene totalmente estúpido.
¿Cómo se consigue distinguir entre lo normalillo y lo mediocre?
Quien lo sepa que me lo cuente, aunque intentaré llevar esto un poco más al día.
Le contaron a mi abuela que para ser feliz sólo hace falta un hombre a su lado, unos niños buenos y una casa bien cuidada. Que para ser feliz, tras la infancia venía el matrimonio.
Mi madre aprendió que antes de casarse debía aprender, tener un ofico, que para conseguir la felicidad en el pequeño mundo de la pareja hay que experimentar del mundo exterior.
Y a mí, sin darme doctrinas, porque eso ya no se lleva, me dejaron entrever que únicamente a través de la libertad podemos sabernos felices. El "laisse-faire" de una juventud que por primera vez es un fin en sí mismo, no un medio para terminar incorporándose a la sociedad.
Variamos, generación a generación el camino a la autorrealización. Yo no sé cómo se lo contaré a mis hijos para que por fín, de una vez, alguien consiga ser feliz.
Nosotras tres, creo, no lo conseguimos.

17.5.05

He comenzado hoy los exámenes. Como siempre los de febrero acaban en marzo y los de junio empiezan en mayo. A partir de hoy queda más de un mes de estrés. Ansiedad por saber que cualquier tontería hace que te estés jugando el curso (a 10 Euros el crédito). En el fondo estos rollos que nos hemos inventado de la evaluación objetiva es lo más subjetivo de toda la carrera. Una gripe hace que suspendas o apruebes, un atasco puede bajarte un punto la nota. Y en el fondo, al salir de cada examen, siempre tengo la sensación de tener más conocimientos que lo que he puesto en el folio.
Bueno, puede que este queja no sea más que una forma, como otra cualquiera, de librarme de la ansiedad de los exámenes. Si saco todo seguramente en julio este sistema me parecerá fantástico. Espero que así sea.

13.5.05

Miro este blog y me pregunto por qué estoy escribiendo en él. Quizá es porque quiero contarle algo a alguien, cualquier cosa al primero que pase por aquí. Quizá es por que las palabras que tengo dentro de mí, dicen que en uno de los hemisferios, queman si no son pronunciadas, si no son sacadas de este interior oscuro, sangriento y lleno de surcos. Cuando mis dedos, ordenados por distintos nervios motores, teclean las letras, lo hacen porque el tálamo nos ordena, a mi cuerpo y a mí, deshacernos de este dolor. Si tuviera un cerebro más humano, más desarrollado, encontraría otras soluciones, pero esta es la única solución que encuentro para mis lágrimas.

12.5.05

Entre clase y clase me gusta perder el tiempo. Aunque siempre hay mil cosas que hacer, ese momento (que no suele llegar a 10 minutos) es sólo para perderlo. A veces me pongo a leer esas noticias del periódico que la gente nunca lee (aunque pueden resultar muy interesantes) o ando por la facultad viendo los tablones de notas y avisos. Ese tiempo perdido hace que, incluso cuando acabas el día muerta, pueda tener la sensación de que ha sido un día tranquilo, porque por un momento puedes decirte "Si hoy no he hecho nada, hasta he podido perder el tiempo". Porque a pesar de todo creo que hay días en los que lo único interesante es perder el tiempo.

11.5.05

Un principio

Empiezo a escribir este blog meses después de que varios amigos me digan que lo haga. Pero, evidentemente, no lo hago cuando ellos lo dicen, sino cuando un día mi cabeza decide explotar y decirme: BASTA YA!!
Y yo, que ya he aprendido que hay que hacer caso al coco, he decidido parar. Para eso abro este blog, para no hacer otras cosas mientras escribo y poder dedicarme a esto un poco cada día.
No tengo ni idea de cómo quedará esto. Supongo que si dentro de un tiempo le digo a mis amigos que este blog existe, será porque no ha quedado tan mal.